sábado, abril 23, 2011

Guipúzcoa: Hallada mujer muerta con signos de extrema violencia

21/03/2011
Con una violencia extrema. La mujer que fue hallada sin vida el miércoles por la tarde en el embalse de Ibai-Eder, en la localidad guipuzcoana de Azpeitia, se encontraba atada de pies y manos y presentaba múltiples traumatismos en su cuerpo, principalmente en la cabeza. La víctima es Amaia Azkue Albabaldetruku, de 39 años. Casada y con dos hijas de 7 y 9 años, era natural de Orio, aunque estaba domiciliada en Getaria y desarrollaba su vida en Zarautz, donde fue vista unas horas antes de ser asesinada. Todo son incógnitas, salvo que falleció a causa de una brutal paliza, aunque en un principio se barajó la posibilidad de que hubiera recibido un disparo al encontrarse cerca del cadáver una pistola.


Zarautz y Orio eran ayer dos localidades conmocionadas por la tragedia. «Una mujer tan joven, con tanta vitalidad, tan alegre, tan sana... Cómo puede haber personas capaces de cometer semejante barbaridad», manifestaba con la tragedia dibujada en su cara una amiga de la víctima. Ahora, la Ertzaintza trata de reconstruir las últimas horas de vida de Amaia Azkue para obtener pruebas que permitan esclarecer el crimen y detener al autor o autores del mismo.


Su cadáver fue hallado sobre las cinco de la tarde en aguas del pantano por dos vecinos del barrio azpeitiarra de Nuarbe que, a su vez, habían sido alertados por dos mujeres que descubrieron unas manchas de sangre en una de las rampas de bajada al agua cuando paseaban por la carretera que rodea el embalse. En la misma zona se localizó una bolsa de plástico con varias prendas en su interior así como una pistola. Estos elementos, unidos a una lesión sangrante que la víctima presentaba en su cuerpo, indujeron al principio a sospechar que la víctima había recibido un disparo. Sin embargo, con el paso de las horas y tras practicársele ayer la autopsia, se descartó que la muerte fuera por arma de fuego.


La necropsia realizada en el Instituto de Medicina Legal de San Sebastián confirmó que Amaia Azkue murió como consecuencia de los múltiples traumatismos que presentaba, sobre todo en la cabeza. Los golpes fueron de tal virulencia que incluso le fracturaron el cráneo. La víctima, por el contrario, no mostraba heridas realizadas por arma blanca, precisaron fuentes del Departamento de Interior, y tampoco tenía signos aparentes de haber sido forzada sexualmente. No obstante los investigadores permanecen a la espera de conocer los resultados de unas pruebas que confirmen esta primera impresión.


El cuerpo de la mujer se encontraba atado de pies y manos, si bien se ignora si en el momento en el que se produjo la agresión la víctima permanecía inmovilizada o fue posteriormente cuando la maniataron.


Inspección con buzos


El escenario del crimen permaneció durante todo el día de ayer acordonado. Vehículos de la Policía autonómica cerraron el acceso por carretera, mientras agentes de la Unidad de Policía Científica llegados desde la base de Erandio, todos ellos expertos en inspecciones oculares, examinaban el terreno.


Los ertzainas recogieron diversas muestras que trasladaron a sus laboratorios y que serán examinados en el transcurso de las próximas horas. También serán objeto de estudio las evidencias que los médicos forenses obtuvieron en la autopsia. En este sentido, fuentes cercanas a la investigación confían en que todas las pruebas permitan centrar la investigación y conduzcan hasta el autor de los hechos.


Al lugar en el que apareció el cuerpo se desplazaron también buzos de la Brigada Móvil de la Ertzaintza. Los especialistas se adentraron en las aguas del embalse en busca, al parecer, del algún objeto que pudo ser empleado en la agresión o de algún otro elemento que aporte más de luz al caso.


La Ertzaintza intentaba ayer reconstruir las últimas horas en la vida de Amaia Azkue. La tarea no resulta nada fácil. Fuentes cercanas a la víctima aseguran que la mujer fallecida llevada una vida de lo «más normal». Residía junto a su marido y dos hijas en el caserío 'Añadi', situado en la carretera que va de Zarautz al puerto de Meagas. Por las mañanas se ocupaba de llevar a sus hijas a la ikastola Orokieta de Zarautz. Posteriormente, se dedicaba a sus quehaceres habituales como ama de casa.


«Me saludó con simpatía»
El miércoles fue vista por varios amigos sobre las once de la mañana en el casco urbano de Zarautz. «Me saludó con la simpatía que siempre irradiaba, como era ella, una mujer alegre», recuerda un amigo suyo que no puede borrar de su mente la escena. Fuentes policiales consultadas rehusaron confirmar si la fallecida regresó posteriormente a comer a su domicilio, como habitualmente solía hacerlo. De lo que no hay duda es que Amaia faltó a la cita del café de la sobremesa que tomaba los días laborables con una amiga suya. Solía acudir sobre las tres de la tarde y posteriormente se dirigía con esta misma mujer a la ikastola a recoger a sus hijas. Al parecer, la ausencia de la víctima al encuentro hizo que la amiga llamase al marido y le pusiese al corriente de su ausencia. A partir de ese instante la preocupación cundió en la familia de la fallecida. Los peores presagios se confirmaron cuando la Policía les comunicó la aparición del cadáver.


Por el momento no existe constancia alguna de cuándo ni dónde la víctima coincidió con el asesino o asesinos. De cualquiera de las maneras, los investigadores saben que el autor es cuando menos un buen conocedor de la zona. Condujo a la víctima hasta una zona del embalse habitualmente poco frecuentada, más aún en una jornada como la del miércoles, desapacible por las adversas condiciones meteorológicas que se registraban.


La pistola y la bolsa de plástico con varias prendas dentro que se encontraron en la rampa del embalse podrían no tener relación alguna con el asesinato. El arma, según precisó Interior, era de balines.


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